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sumen y los ladrones no asaltan y no roban; pues donde está vuestro tesoro allí está también el corazón. Sofiad con ser ricos muy de veras y en serio. Eso es tan bienaventurado como el silencio y la palabra y la acción. En mi mundo yo cuento los días y las noches. Piensa un novicio leyendo un libro y con la mano derecha posada en una página; y con dos dedos de la izquierda rozando sus labios. La nación trepida en convenciones de presidentes nominados; campeonatos de ligas deportivas; simposios sobre el nacer y no nacer, rodar de peatones y carros, y encuestas sobre las mil humanas dimensiones del pensar; elegir miss Universo en Atlantic City; despedir al autor de «Cumbres Borrascosas» y otras figuraciones del celuloide que surgieron en Hollywood. Al fin y al cabo todos los mortales son «Extrafios en la Noche». FILOSOFIA PERENNE: EN POS DE LA ARMONIA En medio de la corriente harmonial que promovió Evelyn Underhill, con su «Mysticism: A Study in the Nature of Development of Man's Spiritual Consciousness», 1969, y decía: «algunos hombres y mujeres corren hacia Dios como los nifios suelen correr hacia el mar. Y es bueno recordar que una larga y profunda tradición fluye debajo de las perversiones más utilitarias ... » Ella contribuyó a la nueva vigencia de la philosophia perennis como lo hizo también Aldous Huxley al mismo fin con su bien concebida y ampliamente leída antología de esta gran tradición. (A Religious History of the American People, vol. 2. p. 547 de Sidney E. Ahlstrom) Así conceptuaba Huxley esa filosofía perennis: (sobre todo sus aspec– tos teológicos y místicos ...) (The Perennial Philosophy, London, 1946) «Philosophia Perennis -la frase fue acuñada por Leibnitz; pero la co– sa es o comprende la metafísica que reconoce una Realidad divina sustancial al mundo de las cosas, de las vidas y de las mentes -almas-; la psicología que encuentra en el alma algo semejante, y hasta idéntico, con la divina Realidad; la ética que coloca el fin último del hombre en el conocimiento del Fundamento inmanente y trascendental de todos los seres -cosa que es o será inmemorial y universal». Las coincidencias y discrepancias entre estas corrientes religiosas se multiplican en infinitos estudios y es inexacto e imposible hallar una base única y definitoria. No obstante, consideradas en su conjunto pueden per– sonificar algo muy propio de las teologías y místicas de Estados Unidos: es el interés, inteligencia y goce práctico de la «armonía». 757

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