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Y apretamos los labios, al encontrar la irrebasable coincidencia. Tipos amables: El que ilustra el viaje con diapositivas. El que da conferencias culturales sobre el Mediterráneo Occidental. El matrimonio tipo, cada uno de cuyos miembros habla con todo el pasaje, naturalmente en grupo diverso. La gran parada deprimente de ancianos y ancianas fastuosos, llenos de cheques turistas, de joyas, de modas de París y de retiros y pensiones saludables. El joven español que en el salón de escribir va repasando pentagramas para sus primeros conciertos en San Francisco o en Chicago. En Nueva York, luego. Las incontables Eisa Maxwells que piden libros en la biblioteca. El camarero portorriqueño que lo sabe todo y no se mete en nada. Las fuerzas aereas, terrestres y marinas que son los niños americanos -de los matrimonios accidentalmente en sus bases por toda la tierra- y que son los auténticos polaris y la más amable fuerza de disuasión en cual– quier sitio de ocupación. El americano de origen galés, casado con una napolitana. O la coruñesa casada con otro americano, de origen sirio. Dios es tan generoso que concede que la vida tenga interés y humor. Todo es camino hacia nuestro refugio y fortaleza, descanso y amor. Llegada a N. York, mentalmente familiar y estremecedor. .. Deambulo como por un país conocido y problemático: con datos y sin solución; que va más allá. Quinta Avenida. Interrogantes. Visita a S. Patricio. Bilbao y vidrieras. Oración. Luego visito Sto. Tomás, presbiteriana. Estamos en años poscon– ciliares de Ecumenismo. Además acepto la invitación de la hermosa iglesia «to look, to rest orto pray», «para contemplar, descansar y orar». Hago las tres cosas. Un empleado de la sacristía va poniendo los números de los him- nos 232 172 Exaltan el nombre de Dios, de Jesús. Leo sentado en un confortable reclinatorio. La luz interior de Sto. Tomás, y la luz de mi cabeza y de mi corazón. A la salida, en la acera, un joven del Ejército de Salvación pregona: ¡Gratis, gratis el Nuevo Testamento, para el judío que se comprometa a leerlo! ¡Claustros de Nueva York! EL HONDON DEL ALMA Sandalphon, el ángel rabínico recordado por Henry Wadsworth Longfellow, es el ángel de las plegarias por el que pasan las oraciones de todos los hombres. Su oficio es solo oir la intimidad de las almas, y el rumor 749