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a Doctor, a Mexican Wornan, y sobre todo, la que llega en tranvía «Blan– che» con su apellido «Dubois», y sin olvidar el traqueteo metálico del tranvía, en las ocasiones culminantes. Se le oye corno yendo a su destino. Los otros tranvías, supervivientes, cumplen sus funciones municipales sin el prestigio y la conciencia de aquel del Barrio Francés, al fin de calles corno la de los «Elysians Fields». Ella se llama y le gusta que la traduzcan así su nombre francés: Blanca de los bosques, o Bosque Blanco. Y es maestra, soltera, un poco mayor, aunque más joven que su hermana Stella. Esta espera un nifio. Piensa además que la persona que no ha sufrido es superficial. Su tranvía «destino» se la está tragando. Entre las hermanas suenan nombres corno Miarni, Biscayne Boulevar, sus luces y aguas marinas, Texas, cuyos pozos borbotean oro craso sobre los bolsillos de los tejanos. La protagonista Blanca «con aire de mariposa» explicaba que prefería que su nombre Blanche Dubois se lo tradujeran en su significado de «Blan– co del Bosque», y cuenta: Me han dicho que torne un tranvía llamado Desire. Que luego, haga trasbordo y, tras viajar seis manzanas, me baje en Elysian Fields. Busco a mi hermana Stella, es decir: a la Sra. Stanley KowalskL Los turistas variados y multicolores, curiosean el tranvía. Este y solo éste es curioseado. Los demás tranvías siguen con sus nombres de calles aún mejores o peores bajando de nivel de vida y poder adquisitivo, ejemplarmente sumisos al destino, esperando la jubilación, sin cupo fijo de usuarios. El hecho es que la vida que ellos realizaron en su existencia, no valen para el consumo mismo lo que la acción imaginada de Blanca Dubois cuando utilizó una vez el Desire. Por algo este tranvía es exhibido en Nueva Orleans. Mientras, Stella y Stanley, ferozmente enamoriscados, se pelean, se en– soberbecen y humillan para entregarse, al fin, a su animalidad con cerveza. Stella espera un nifio; y Stanley se desdobla en su paternidad violenta. Tales insensatas necesidades solo se cumplen en el amor. ¿Amor?, preguntaría Blanca. No aquel amor que ella traía en el tranvía. El de su hermana se llama corno el tranvía: Desire. Deseo, el nombre de ese tranvía chirriante, traqueteante y tramposo lanzado por el barrio, arriba y abajo, de sus estrechas calles. ¿Te has zafado siempre de ese tranvía? -dice Stella - Y con– testa Blanca: El me ha atrapado, me ha traído aquí, donde yo no quería, donde estoy avergonzada de estar. El es bestial. -¿No será soberbia elusiva el que tú pienses que es bestial?- Ese tranvía llamado «Deseo» seguirá rodando por los raíles a estas 739

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