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Las fuentes del Mississippi, una Y en el norte de Minnessota, un río secretivo; los Glaciares, regalo de Iowa, mares de praderas hacia el Bear Lake; otoño en el Missouri, de colores ondulantes: el impredecible Oklahoma: de estaciones mezcladas en todo tiempo, de nombre sonoro en las cafeterías del mundo, primavera con su árbol vital el redbud, pino gigante del amor; de vientos calientes en marzo, chubascos en otoño, entre truenos y tornados; plenitud de un planeta vigoroso. Sabios y armoniosos molinos de agua en el dorado Kansas; Nebraska, verde mar de dunas; Chiney Rock, torreón ruinoso como de castillo de España, su verdad, sueño y arena desmoronándose; Dakota, éxtasis en sus colinas negras. Las Rokis y el Great Divide, la gran hendidura. Cimas y hondonadas súbitas, camellones que dividen corrientes de sangre cristalina, del color de las dunas de arena y el Palacio de la Mesa Verde en el mismo Colorado, que idearon y vivieron los indios antes del año mil doscientos antes de Cristo. Las Piedras Amarillas -the yellowstone Nobody Knows-•, donde cada hora,y en un siglo, no han fallado. Las Montañas Misioneras -mission's- de Montana. Idaho, sol en las cimas y vascos navarros en las praderas y junto a los bosques. Tejas, Nuevo Méjico, Utah, Nevada, el dificil Southwest, y los mejores tesoros de atmósfera y sol límpidos, tersura de luz en Arizona, con sus me.– jores tesoros de vida en la vida misma. Tierra donde el hombre y sus obras no dominan ni interfieren el paisaje plano, luz y cielos todavía más depurados que los de California y Florida y los buenos día del Pacífico. Sus horizontes en cuya vastedad, lanzada a lo infinito, se pueden descubrir y seguirse las tormentas. Aquí los españoles administraron sin precedentes, ni indígenas ni gentes venidas de otras partes. Y donde abundan Las Vegas y se prueba que Se puede vivir solo con la belleza absoluta, con el polen de la aurora en mi carromato. La belleza me invade, y con ella viajo como un arriero - ¡I wander! Aquí «prehistórico» quiere decir «prehispano», como reconocen los in– dios navajos ante franciscanos pioneros y reporteros, como Francisco Domínguez y Silvestre Escalante, primeros en reportar acerca del área de los Canyonlands -Tierra o zona de los Cañones-, precisamente en el mismo año de la Declaración de Independencia 1776, con sus dos hermosos sietes. Los relumbrantes picos de California, Oregón y Washington. Valle de la Muerte de California y del Cine, show permanente, pergamino de nobleza y realismo ascético de las aventuras, las revelaciones magnéticas telúricas y el añorado destino indefinido. Los orbes múltiples, supraterres– tres del Yosemite, con sus seres más grandes vivientes: los Sequoyas, in- 695

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