BCCCAP00000000000000000000550

tiene variedad de subculturas. En USA, según el llamado «dominant value system of the United States as our basic environment point of reference,» lo más distintivo de la situación religiosa es que una vasta mayoría de los cuer– pos o instituciones, estructuras religiosas acepta el valor dominante del sistema, lo sostiene, alienta y se deja influenciar por él, a la vez que dejan libertad a sus miembros para moverse en las actividades legales. A diferencia de las confesiones que en Europa tienden a identificarse con valores considerados reaccionarios tanto más cuanto esas naciones se industrializan, en Estados Unidos el desarrollo industrial y técnico ha in– fluido sensiblemente menos en las secularizaciones que vienen afectando al mundo moderno. Más aún, aunque pueda parecer hiperbólico, se piensa plausible sugerir que Estados Unidos es el segundo mayor ejemplo de una cultura que tiene un sistema religioso esencialmente comprensivo e in– tegrativo. El primero fue, según estos pensadores, el Catolicismo medieval y acaso la primitiva Reforma Luterana y Calvinista, sin que por ello resultaran clericales, ni mucho menos intentaron hacer una nación clerical. Respecto a la Iglesia Romana Católica se ha venido revistiendo de características sensiblemente diferenciadas del catolicismo europeo, sin que por ello acceda totalmente a ser considerada como una de tantas en tantos grupos religiosos. Muestra de normalidad informativa religiosa proporcionada son con– sideradas, muy generosamente apreciadas como «revistas teológicas venerables» Time, Newsweek y Newyorker, encajando lo religioso en la vida total yanqui. Esa difusión no es secularización al tener en cuenta el signo religioso como valor fáctico verificado en la vida común y pública. Quizá por ello, el mismo nombre de «teología secular» entraña cierta disonancia para el americano corriente, como el teatro del absurdo, y no acierta a comprender cómo algunos teólogos empiezan con el presupuesto de su profesión de Teólogos y declaran que su disciplina debe empezar con la hipótesis de que Dios no existe. Las confesiones de los individuos que hacen esto, «se suicidan» al presentarse y proponer medios de salvación, y se colocan en una era extra-cristiana. «El desconcierto -piensan- es abrumador y fantasmal». Los diversos laicados se quejan de ser demasiado mediatizados por los ministros respectivos. Se encuentran entre la iglesia visible y la invisible; y perciben la iglesia como una organización y sus clérigos como funcionarios. En la Iglesia Católica se hace constar menos acción del laicado que en las otras confesiones. Las comunidades hebreas, en contraste con el relativamente poco visi– ble esfuerzo de otras entidades religiosas fuertes y tradicionales, enaltecen cada vez más sus responsabilidades por determinar el futuro de la vida judía en América. Se sienten como vigorosamente americanas, dentro de la iden– tidad yanqui. Con relación a las drogas, se las estudia también en la fenomenología de lo religioso. Cuentan sus alucinaciones farmacológicas y parasicologicas 684

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz