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Y la hipérbole y el mito caminan, enamorados y ciegos por su mundo USA: «el único país «idealistic» idealista en el mundo», según eslogan turístico en el Hudson, al costado de Nueva York. TEOLOGIA CIVIL De la intercomunicación entre la sociedad religiosa y religión civil y, en concreto, de la vivencia y experiencia generalizada de casi todos y cada uno de los individuos de la nación brota la teología civil, amplia y humanística, de los Estados Unidos: Como americanos estamos muy favorecidos en el mundo. Pero hemos de ser juzgados como hombres. Este humanismo cívico-responsable precisa mejor la índole de la religión civil. Diversos conceptos no siempre convergentes puntualizan ac– titudes: unas históricas y otras previstas. Se realizarán nuevos símbolos de nuestra religión social. Quizá el resultado sea que nuestra religión social sea una parte nada más de la religión civil del mundo, y acaso tenderá a salirse de las tradiciones, más allá de la Biblia. Afortunadamente, puesto que la religión civil americana nunca ha sido (?) el culto o adoración de América como nación, sino el entendimiento de la experiencia americana a la luz de las últimas y universales realidades, la reorganización de lo que la suceda no ocasionará ninguna ruptura de la religión civil nuestra. En realidad, ese resultado ha sido y sería siempre la esperanza americana de su religión civil desde el principio. El negar ese advenimiento sería como negar el sentido y el valor de la misma América. Detrás de nuestra religión civil pueden seguir los arquetipos: Exodo, Pueblo Escogido, Tierra Prometida, Nueva Jerusalén, Muerte y Resurrec– ción sacrificiales. Eso ocurrirá acaso de otra forma. Algo nuevo lo ex– presado finalmente por Lincoln: «Casi pueblo escogido» - Almost chosen people». Todo esto no es igual a mesianismo ni siquiera misionerismo yanquis. Tres tiempos de la situación de la teología civil: Cuestión de Independencia 2° Tema de Esclavitud y marcha hacia la plena democracia, que no se ha acabado de resolver. Y el 3° el problema actual: la acción responsable en un mundo revolu– cionario. Un mundo que busca alcanzar muchas de las cosas, materiales y espirituales, que nosotros hemos alcanzado sigue como nunca la responsa– bilidad y el significado de nuestro experimento «republicano» a escala universal. 682

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