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fusionismo y paradojl\. «The American Israel» está en los actos de Kennedy y Johnson, en la Nueva Frontera y en la Gran Sociedad, y no digamos en La Ley·y el Orden de Spiro Agnew y Nixon. No son pocos los que piensan ser Nueva Jerusalén, «esperanza de la tierra». Dentro del campo estrictamente religioso su principal crisis, como en otras partes del mundo de hoy, es «la palabra Dios y su idea». No hay Credo formal en la religión civil y es compaginable o resulta ateísmo. Los símbolos de Dios requieren reformulación. «Hemos tenido ya un presidente católico. Nada impide que tengamos uno judío. Podríamos tener un presidente agnóstico o escéptico total. Las consecuencias están siendo «una alienación liberal o una osificación fundamentalista». De hecho la religión civil ha sido punto de articulación entre los más profundos compromisos de la tradición religiosa y filosófica y las creencias comunes de los americanos medios. No es demasiado pronto el considerar como la crisis teológica se ahonda y puede afectar al futuro de esta ar– ticulación. FE Y «SUEÑOS» El «credo» de un nombre sobre los «sueños americanos». Según Wendel Willkie: Yo creo en América porque en ella somos libros, libres para escoger nuestro gobierno, manifestar y exponer nuestra mente, ideas, observar nuestras diferentes religiones. Porque nosotros somos generosos con nuestra libertad, o compartimos nuestros derechos con aquellos que disienten de nosotros. Porque no odiamos a otras gentes, ni ambicionamos las tierras de otros pueblos. Porque hemos sido bendecidos con múltiple abundan– cia. Porque tenemos grandes sueños y la oportunidad de que estos sueños se conviertan en realidad. Palabras de Patrick Henry en la Convención de Virginia, el 23 de mar– zo de 1775. Le acusaron de reacción por este grito de independencia: ¡Dios Todopoderoso! Yo no sé desde luego lo que otros pueden hacer. Pero en cuanto a mí, dame la libertad o dame la muerte. Supuesta la vivacidad americana para divertirse y soñar con todo, pudiera equivocarse uno si coligiera de ahí la falta de aguante y el pesimismo ante la dificultad del vivir y las empresas insuperables. Generalmente se les considera más propensos a la frivolidad e intrascenden– cia que a la seriedad de pensar y vivir. Sin embargo, en su referido 676