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31 AMERICA LA BELLA Hipérbole y mito -Ambigüedad de la religión cívica -Fe y «sueños» - Teología civil -Puntualizaciones -Estética santayanista para USA -El nuevo hombre americano -Hitos sentimentales -El Gran Sello de los Estados Unidos -Tópicos y metáforas del paisaje -Marcha hacia el Oeste -Sueños de Dios HIPERBOLE Y MITO Las consideraciones procedentes acerca de la religión civil en los Estados Unidos de Norteamérica no quedan en aceptación de una especie de ecumenismo humanista y plácido que viene a formar parte del «modo americano de vivir», y ni resulta un sustituto generalizado que puede con– fundirse con la irrelevancia de la religión en una sociedad secular como es la Americana. No es tampoco solo un hecho sentimental, ni cautela política para no perder votos y popularidad, ni mera tradición, como suele cor– rientemente objetarse a los líderes cuando se muestran piadosos. Cierto que se verifica algo de todo esto. En realidad se trata de algo menos sofisticado y menos nuevo, de lo que significa la «religión civil», -en expresión que procede de Rouseau-, cuyas verdades fundamentales son la existencia de Dios, la vida futura, el premio de la virtud y el castigo del vicio y la ex– clusión de la intolerancia. Franklin se expresa con parecidas ideas, y añade otra muy yanqui: «Providencia». En la mente de los «Padres de la Independencia», la religión civil no es sustituto del cristianismo; subsiste con él. La Guerra Civil llamada, por Sidney Mead, el «centro de la historia americana», fue el segundo paso que favoreció el entendimiento de la ex– presión y conquistas de la religión civil. Provocó cuestiones de significado nacional: no solo el tema de la esclavitud y el de la permanencia de la nación -22 de febrero 1861 en el Independence Hall de Filadelfia- sino que fue también juicio y providencia de Dios, rectora de los 250 años que fueron 671

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