BCCCAP00000000000000000000550

su adorno, capricho y novedad. El que iba a la iglesia buscaba prin– cipalmente sostener la iglesia; pero el actual intenta embellecer su vida con su asistencia ocasional. En verdad, estos dos fines se complementan. En todo caso no se ve que las dos cosas no puedan unirse, que es lo que hoy sucede en realidad, con la incorporación del laicado a las funciones religiosas y sigue en proceso. Entonces la iglesia fue el lazo de la familia y la comunidad. La nación y su gobierno eran paternizados por la profunda fe en Dios. El emblema na– cional del «Gran Sello» está coronado por su Ojo. Por costumbre nos referimos al billete de dólar para refrescar la memoria de que el Gran Sello sigue ahí, o para recordarnos nuestro motto, lema nacional: «In God we trust». Confiamos en Dios. Era convicción de «los padres fundadores» y palabras frecuentes de George Washington, que «el intentar un gobierno sin Dios es imposible». Guste o no, se acepte o no, la Biblia fue hace tiempo la fuente principal de la identidad de América. Hoy puede usted ver ocasionalmente las blancas, -más bien, puritanamente grises-, iglesias primitivas: están en las más viejas secciones de las ciudades. Los bancos compiten ventajosamente con ellas. Un ban– quero notaba: «Muchas de las más fervientes oraciones, hoy no se dicen en la iglesia, sino aquí, en el banco». Aunque los amantes de los viejos buenos tiempos, tengan mucho de razón en sus cariños y valoración de todo, coinciden con la mayoría del país, americano y universal, en que: Aunque la iglesia de tiempos pasados está declinando, según ellos hay una nueva religiosidad en América y en el mundo. No todas las escuelas Dominicales se hallan sin Espíritu. Grupos juveniles evangélicos, cristianos se están incrementando y exten– diendo vivazmente tan rápidamente por lo menos como decrecen las denominaciones teológicas. No es tan cierto que la teología y sus religiones más oficiosas decrezcan. En absoluto, aumentan; relativamente se debilitan. Pero sus ideólogos influyen con serenidad y persistencia irreversibles. Agronomía (Campo y Granja). Por algo en el inglés norteamericano «coun– try» significa lo que en español «campo», pero es más importante su acep– ción primordial de «tierra, nativa, nación, patria, región determinada», hasta la sofisticación folclórica de la «country musique», mus1ca campesina. Al espíritu más propiamente campesino, aldeano, lo llaman 663

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz