BCCCAP00000000000000000000550

ESCA TOLOGIA DE AMERICA El mundo es una seducción dispersadora para ser santos. Sin embargo, la realidad americana en el mundo es un bien positivo. América se parece má.s y más al Reino; aunque ya pocos predicadores aspiran a transformar la sociedad americana, si no es por la conversión o cambio individual. Cualquier pesimismo sobre la sociedad se convierte en interés, op– timismo y esperanza respecto al individuo, a la persona. El cristiano, católico o no, suele pensar: «No sé como un hombre sigue a Cristo y no es afortunado en los negocios. Somos ciudadanos del más grande país del mundo, y tenemos que admitirlo». Billy Graham, clama contra los males individuales, personales y anun– cia que la reforma vendrá únicamente «with Christ's return». El mismo Billy es considerado como parte de la «sociedad de la afluencia», que juega al golf con los presidentes, y que representa a los entusiastas mantenedores de «the American Way of Life». Hubo un tiempo en que los americanizan tes de cualquier confesión, de antiguo y de ahora, aunque ortodoxos, eran progresivos, optimistas y afec– tivos hasta el entusiasmo por el ambiente americano: la América que «tiene en sus manos las esperanzas de la raza humana», la misión como de origen divino para mostrar a las naciones que los hombres son capaces de la más excelsa libertad civil y política. A principios de siglo, estos «americanizantes» fueron considerados por otros americanos como con– tagiados de mentalidad libre, y reos de la herejía «americanista»; seducidos por lo social, y lo novedoso. Pero, como escribió John Ireland, cuando el sacerdote francés Charles Maignen se atrevió a condenar avanzados puntos de vista: ¿Quién prefiere las virtudes naturales a las sobrenaturales? ¿Quién enseñó que la práctica de las virtudes no puede ser revitalizada y sobrenaturalizada por la gracia divina?. Al presente puede observarse que, aunque hay objetores, estos católicos «americanizantes» están normalmente convencidos de que el en– torno americano es excelente teatro para su actividad y espíritu. La convic– ción de esta vocación «salvífica» y armoniosa forma parte del nacionalismo (yanqui), al que ya se reprocha y avisa de una especie de «Americanology» basada en la creencia de que este país está llamado por Dios para !idear y conducir el resto del mundo a la salvación. Porque una de las dificultades 652

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz