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632 Mujer de Nazaret: del Angelus, del Espíritu Santo, de la Encarnación, rimeros y dulces sobresaltos de humanidad, del puro seno que se Le dió. Mujer de su infancia: de su adolescencia, de su juven– tud, de su madurez, de su artesanía con José, el santo varón, más que nadie, con todas las de la Ley. Mujer que vió del todo, por años, su crecimiento en edad, gracia, sabiduría y esbeltez que lo guardaba todo en su corazón y se perpetuaba en su diario. Mujer del templo, con permiso y bendición del Padre - tu Padre y de ella - que te encuentra, te salva,te reduce al hogar y te adivina siempre. Mujer de Caná, primer brindis de boda, primer milagro de amor y vino, susurro a tus oídos. Mujer de vida pública, tu intimidad secreta confiada al universo-Iglesia. Mujer de la Pasión: la de los ojos de todas las madres que miran a sus hijos; la de la mirada reciente en la calle de la amargura, del silencio y del holo– causto. Mujer al pie de la cruz, santificando, solidaria, a todas sus hermanas: María Salomé, María Magdalena: a los discípulos, hombres de predilección, apostasía y tragedia: todo transitorio, refugio de los pecadores y de los santos. Mujer, doméstico-sacramental; quehacer caliente del hogar, la iglesia; reliquia de piedad y justicia enternecida.