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¿Moldea y dirige tu vida? Llámale Guía. ¿Se te revela como Dios? Llámale Hijo de Dios ¿Se te manifiesta Hombre? Llámale Hijo del Hombre. O bien al seguirle, ¿se quedan tus labios silenciosos por la incap– cidad de definirle a El y su influencia sobre ti? No le llames con ningún nombre sino ¡SIGUELE! PLEGARIA A LA VIRGEN POR LAS DOS INGLATERRAS Como hay en Estados Unidos una herencia hispana, la hay de otras muchas naciones del orbe y persiste y actúa sobre todo el patrimonio anglosajón, columna vertebral y corazón de los Estados Unidos de América, en la roca de Plymouth, piedra angular de la nación, puerto y sím– bolo vivo del espíritu de los Padres Peregrinos que hicieron y configuraron y configuran la Nueva Inglaterra perdurable, que se erigió inicialmente con los Estados de Maine, Hampshire, Vermont, Massachusetts, Connecticut y Rhode Island. La vieja y graciosa Inglaterra de Europa y la nueva In– glaterra, situadas en cada uno de los lados del Atlántico contituyen lo que la teóloga noruega Kari Elisabeth Borresen, convertida al catolicismo, y desde su punto de vista europeo escandinavo, considera como «la civilización atlántica» actual: Europa Occidental y América del Norte. Mas no se puede olvidar que esta civilización trae sus raíces de fes y prácticas de la Edad Media católica cristiana romana, entre cuyas devociones más populares y estéticas muestra su encanto particular, limpio y representativo, el candor y frescor nórdico y celta del culto y devoción a la Virgen, madre de Cristo, cuando aún perviven en cierto modo en las dos Inglaterras de uno y otro lado de los mares atlánticos: la de los británicos y la de los yanquis. A veces estas imágenes se convierten en añoranza y plegaria en mentes católicas ante el Santuario Nacional de la Inmaculada en el campus de la Universidad Católica de Washington: 566 Plegaria a la Virgen por los dos Inglaterras En los templos católicos de este reino gracioso se Te sigue invocando, Flor de las flores. Tú que amas tanto la belleza, el silencio y el decoro, seguro que añoras las avemarias inglesas,

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