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Espafioles y portugueses estaban impulsados por la voluntad de señorío, por su fe religiosa, y por ambición de lograr riquezas, no les interesó mucho el trabajo paciente y organizado, ni inventar máquinas, ni fomentar la in– dustria y el comercio a fin de hacer productivo el dinero. La aspiración aristocrática y el afán expansivo de las órdenes religiosas fueron impulsos más fuertes que el deseo de enriquecerse los individuos. De ahí el arrojo audaz y heroico de los conquistadores de América a desposarse con la tierra y las mujeres indias, y a crear ciudades que un día serían capitales de na– ciones. Lo árabe No debe olvidarse que el carácter de los españoles que iniciaron la colo– nización de su América en 1493 debía mucho, directa u indirectamente, a los musulmanes que invadieron la Península Ibérica y en ella permanecieron hasta Granada, 1492. Cultura La minoría culta de Iberoamérica no es menos inteligente e instruida que la de los Estados Unidos. Lo que ocurre es que el pueblo no responde al estímulo de las ideas, sino al del entusiasmo y la pasión. Identidad «americana» No obstante las profundas diferencias que distinguen a los americanos de lengua inglesa de sus vecinos del sur, todos ellos van unidos por una cier– ta comunidad de vida e intereses. Se resumen así: Existen problemas de la vida de todos los americanos que no son exactamente los de Europa, Asia, o Africa. Todos ellos tienen conciencia de ser gentes nuevas, crecidas sobre una cultura de origen europeo. Partiendo de ella y de su indigenismo relativo aspiran a labrarse un presente y futuro propio y autóctono. Afirmación de regímenes presidencialistas y doctrina Monroe. No obstante, junto a esas armonías, entre norteamericanos e iberoamericanos, existen la desestima y antipatía hacia los primeros llamados «yanquis» y popularmente «gringos». La antipatía, a veces, es explicable como reacción de la pobreza y de la debilidad ante la riqueza y la fuerza norteamerianas. Pero en bastantes casos la animosidad se explica por el imperialismo de los Estados Unidos en el pasado (usurpación violenta de las tierras mejicanas desde Tejas a California, ocupación del canal de Panamá; por los desem– barcos de la infantería marina en Méjico, Nicaragua y la República dominicana hace pocos afios; y en fin, por la explotación hoy de las riquezas 560

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