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Unas veces en la calma, y a veces en la inquietud, te doy mi amor y mi cruz con el vaivén de la palma ante tus ojos de luz. Pon en mis penas consuelo, en mis pecados, perdón, y ábreme tu corazón cuando me acerquen al Cielo tu mano y tu bendición. CUMPLIR CON PASCUA Corno Dios está en la ciudad, tiene que enterarse de todo, aunque las calles estén muy separadas por la distancia o por el ambiente. Así ocurren estas escenas. Primera. Miarni. Una esquina en la que se cruzan una calle y una avenida. Sitio a propósito donde tornar café y comprar cigarrillos y tabacos «de Miarni, pero con técnica habanera». Se acerca un cliente. -Un cafetico, por favor. -Va ahí. Hace tiempo que no te veía. -Sí, desde hace dos horas. Ya tú sabes que sin café no respiro. El dueño sirve el café y charla, mientras su señora -son un matrimonio joven de aire muy criollo y muy gallego hasta por el color de sus cutis- canturrea y trajina. El cliente comenta: -¡Bonita voz! -¡Figúrate!. Un día de estos me van a sacar cantando en la televisión «currucucú». Y lo canta. En esto llega otro cliente que, además de pedir un café, alarga al dueño un papelito. Este lo mira y se lo da a su señora. Es el anun– cio de una «misión» que va a tener lugar en determinada iglesia y se invita a asistir y a «cumplir con Pascua». El dueño comenta para el público: - Yo, desde los diez años que me «hicieron hacer la primera comunión», no he vuelto. Cosas de los curas ... Otro cliente que hasta ahora no había hecho más que pedir unos «camachos» comenta: 534

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