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peonatos de dominó. Miami es ciudad efectivamente bilingüe. Más de medio millón de hispanoamericanos residen en su Dade County, centro de Miami. De ellos la mayoría son cubanos. Los demás, portorriqueflos, argentinos, colom– bianos, mejicanos, centroamericanos y dominicanos. «La mayoría de ellos hablan también inglés y siguen el modo americano de virir; pero todavía sienten y viven sus tradiciones patrióticas y culturales». La cuestión está en ese «todavía», dado el poder incorporativo del ambiente yanqui. En todo caso, Estados Unidos se enriquece continuamente con esta aportación de sangre y espíritu de las Américas hispanas. Por ley histórica, las culturas, es decir, los cuerpos y las almas se funden en una transfiguración que las supera. ¿Será Miami con su «magia», uno de esos centros estimuladores de unidad y superación?. Por ejemplo: con el arribo de los cubanos, la Diócesis católica de Miami se hubo de con– vertir en archidiócesis, y su primer Arzobispo, al recordar en la celebración de la Primera Misa en la ciudad floridana de San Agustín hace cuatro siglos, enlazaba aquel pasado con este presente: Aquello fue un brillante ejemplo del celo y la dedicación de seglares y sacerdotes como colaboradores en la obra de Cristo. En otra parte transcribimos íntegro el documento de los Obispos católicos de la Florida, publicado con ocasión del Bicentenario de la In– dependencia de los Estados Unidos de Norteamérica, 1976, sobre la función del catolicismo espaflol «en el desarrollo de los ideales americanos»: Misión, Justicia social, Teología y Derecho; y Al mismo tiempo, insertan y resaltan estos valores en las circunstancias de Estados Unidos en los aflos setenta, el entrar en su tercer Centenario: años de denuncia y revolución moral: pérdida de una guerra, Vietnam; un presidente depuesto; descenso de nuestros recursos naturales; quiebras económicas y políticas; baja estima de instituciones tales como la educación, las profesiones, los negocios y los medios «y otros» factores que han contribuido al presente desvarío moral y falta de confianza. Ante esta panorámica el episcopado floridano, con resonancias para toda la Unión, pondera la inicial misión española -que sigue- y los per– manentes ideales americanos y su espíritu. EXILIO CUBANO En esta Florida de las palabras justicieras de sus Obispos, surgió en los primeros años de la evangelización, 1564, la ciudad de San Agustín donde se 528
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