BCCCAP00000000000000000000550
acerca de la doctrina, enseñanza y asistencia espiritual para con el pueblo de Dios, si no coopera con la Iglesia en la salvación, iluminación y paz de las almas, esa prensa -vaticinan los celantes- esa prensa se muere. Y no por– que la combatan sus enemigos exteriores y ya conocidos, sino por sí misma. Si la prensa católica americana está muriendo, es un caso patente de suicidio. Con la serena actitud que le da su cargo de Secretario de la Comisión Episcopal, para los medios de informacioñ, el Arzobispo Philip M. Hannan daba cuenta de que en la última reunión de 88 Obispos de la Unión, la mayoría de ellos expresó insatisfación con la prensa católica en general y con los periódicos diocesanos en particular, o sea, con los mismos boletinas oficiales u oficiosos de sus Curias. Los directores y redactores no someten previamente sus escritos a la aprobación del Obispo o su representante. Critican abiertamente a la Iglesia, al Papa y a la Jerarquía y su ad– ministración diocesana. Las objeciones y los reparos no se detienen en los aspectos de fe y doc– trina, sino que alcanzan la moral, singularmente la del sexo. El hecho es apreciable en todo el mundo de la publicidad cristiana. Revistas y semanarios católicos, incluidos los patrocinados y dirigidos por Institutos religiosos, con más o menos discreción y basándose en diversos pretextos y justificaciones, van dando cabida a anuncios, escenas atractivas, rostros, fotografías, arte y retratos de la vida que, en sentir de algunos Obsipos americanos pasan de la raya, aunque no pretendan hacer la competencia al «Playboy». El Arzobispo Whealon, denunciaba en concreto un famoso anuncio por actitud del anunciante femenino de una de esas bebidas suaves, sin alcohol, que consume hoy tanto la juventud. La muchacha avanza mien– tras bebe. En la acera, los hombres vuelven la cabeza. El Arzobispo lamen– taba: Eso me pareca a mí un recurso llamativo, estimulante de las más bajas de las emociones para vender un artículo. John Bergin, vicepresidente de Battern, Barton, Dustine and Osborne, Inc., Comp., empresa que expende la bebida, manifestó su disconformidad con el prelado. El interés del hombre por la mujer es uno de los más nobles sen– timientos varoniles. Añadió por otra parte que lo único que pretendían era «estar al día»; y que en todo caso ese anuncio se hizo previa consulta a eclesiásticos y moralistas. El asesoramiento de estas sutiles cuestiones de publicidad para atrae- 427
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz