BCCCAP00000000000000000000550
mucho más del mundo injusto ... (Obsérvese el tono ascético, puritano de este último pensamiento). Respecto a predilecciones partidistas, recojamos el parecer de una recia americana, demócrata ella, en tiempos del Watergate: Hay que tener ideas políticas, incluso pertenecer al Partido Demócrata y estimar a Roosevelt y admirar a Kennedy. Esto no impide la piedad y la comprensión para con los republicanos, corno ahora Nixon. Los pobres han hecho y hacen lo que pueden. No hay que ser demasiado duro con el que manda. Por este camino de benevolencia se llega hasta los valores trascendentes: claramente, las postrimerías y la vida eterna, que aún siguen vigentes en el alma norteamericana y en el temple de incontables de sus mu– jeres. Una de éstas, pensadora cristiana, meditaba corno Ofelia: «Sabernos lo que somos, pero ignorarnos lo que seremos». Hablo del misterio del «otro lado», que antes, ciertamente, preocupaba más. Hoy nos obsesiona únicamente lo que somos. Ya no son tantas las que saben lo que son y esperan y preparan lo que han de ser en ese «otro lado». Otra, ya anciana, comparaba mirando los montañas: Soy tan vieja como los cerros. A veces creo que viviré para siem– pre. Mejor dicho: lo estoy viviendo. El historiador Toynbee apunta, sin garantía, pero con indudable respeto a las mujeres americanas: Las madres de Norteamérica van a ser el más formidable adver– sario del Pentágono. Las madres de Norteamérica tienen aún que entrar en acción, y yo creo que es una batalla que el Pentágono no puede ganar. 407
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz