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«A raisin in the Sun», 1960, describía la vida de una familia negra en la ciudad. El tema de la intolerancia en el Sur fue tratado en la película «To Kili a Mockingbird», 1962. Como ganador del Osear en «Lilies of the Field», Sidney Potier probó que un negro puede ser un astro deslumbrante y un artista de atracción interpretativa y fructífera económicamente. El fue uno de los artistas más taquilleros y prestigiosos en años recientes con películas como «Heat of the Night1>, «To Sir with Love», y en la inolvidable «Guess Who is coming to Dinner to Night)) con Spencer Tracy y Katheryn Hepburn. Es ya absolutamente normal que artistas de color participen en proporción creciente en filmes para las salas generales y para la televisión. Cierto que ha habido algo de artificio y de presiones, incluso laborales, para este avance. Pero lo cierto es que se nos ha desvelado una auténtica e íntegra Norteamérica colmada y refinada de valores e,pirituales, humanos y artísticos: vitales. Un inmenso tesoro se ha descubierto e incorporado a la humanidad de todos. La joven universitaria americana, católica, de origen nórdico, discretemente protestataria, al hablar de Sidney Potier ponía puntos suspensivos, aludiendo a sus hermanos en color: --Si todos fueran como él... Sigue habiendo 1eticencias. Pero positivamente hay en estas palabras una apertura hermosa e inevitable. El esplendor de la negritud es ya reconocidamente «raíces)) e identidad de los Estados Unidos por número y por peso de cultura. RELACIONES CATOUCO-.IUDIAS A propósito del ecumenismo, cuyas reuniones son frecuente, en nuestros días, las relaciones entre católicos y judíos en el orbe cri,tiano van tomando nuevos aspectos, especialmente en el ambiente norteamericano, donde los contactos entre las diferentes confesiones han sido obligados por la convivencia ciudadana de siempre y por la aspiración alentada por el Concilio Vaticano II hacia una mayor unidad entre los cristianos. Los acer– camientos, más que prácticos, psicológicos y sociales, son cada vez más in– tensos, y hay apreciables esfuerzos por una y otra parte, que llevan a estudios, comprensiones y conductas relativamente novedosas. Como consecuencia de la reunión habida en Roma por el Secretariado para la Unidad Cristiana, a la que asistió el Cardenal Shenan, arzobispo de Baltimore, secretario en Estados Unidos de la comisión para las relaciones católico-judías -el mismo que redujo a un secuestrador de aviones, sólo con observaciones pastorales- el organismo católico americano ha sugerido y señalado algunos puntos como programa. De ellos entresacamos los siguientes, significativos, al menos en el ambiente yanqui. 348

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