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bolo visual en sus carteles es una paloma cuyo perfil de vuelo hacia abajo se inserta en un corazón. A lo primero que aspira es a que no se le llame «reverendo». Oigámosle: -Nuestra congregación no tiene nombre, no es una denominación. Ni siquiera una religión. Es una Persona: JESUCRISTO. No es tampoco crítica revoiucionaria frente a la Iglesia. Unicamente quisiéramos demostrar que la Iglesia puede subsistir sin ladrillos y cemento. Usted sabe que para construir una iglesia necesita cinco acres cuadrados de solar, el cual vale unos veinte mil dólares: total, para albergar a unas doscientas personas. Se gasta usted seiscientos mil dólares para albergar doscientas personas aún antes de haber hecho nada por ellas y para usar ese edificio a lo sumo seis horas a la semana. En los treinta años siguientes la iglesia tendrá que invertir de diecisiete a veinticinco millones de dólares únicamente por seguir allí. Tiene que haber otra solución. Otra respuesta y procedimiento. A eso vamos por etapas. La iglesia comenzó con treinta y cinco familias. A los pocos meses eramos cincuenta y dos familias. No invitamos a nadie a que se nos una. Estudié por seis años el plan de esta empresa en la que estoy metido. Calculo que en veinticin– co años todo marchará bien. En realidad, está marchando. Al fondo del sitio donde Neighbour sostiene en alto su pancarta de la paloma y el corazón, se ve el edificio geométrico de la iglesia baustista sobre la cual ondea la bandera americana. Es el día de Acción de Gracias. En esa iglesia es coadjutor el ministro Reverendo Ralph USA SIEMPRE WESTERN: ROMANCERO Y EPICA: WESTERN CIVILIZA TION La realidad del Oeste ha sido expuesta y divulgada desde luego por el cine. Pero antes la fijaron los pintores próximos a los hechos, las tradiciones orales y visuales, los fotógrafos en sus daguerreotipos de la época. El cine ha mitificado, con razón y prodigalidad, todo aquel mundo generoso, fascinante de conquista y rapacería, de gracia puritana y mortandad, de es– queletos y cruces sobre leves montones de piedras, de doncellas y can– tineras, de gloriosos misioneros pioneros y pioneras del Oeste, hasta lograr la heroína y capitana, y el héroe: el vaquero custodio de los rebaños, la galera majestuosa, tambaleante, hogar y arca de la alianza a la vez hacia horizontes de mieses y de oro. Sus caracteres principales: Vacas, caballos, no muchos perros, apenas 339