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derechos civiles. Sin embargo, las materias de fe, conciencia y teología no están previstas en la ley civil... El puritanism<'1, todavía, savia de cierta ética yanqui, va quedando en monumento histórico. El autor dramático Friedrich Dürrenmat, hijo ir– reverente de un ministro protestante, fue premiado por su obra «The Meteorn, notable por sus excesos sexuales, brutalidad y lenguaje corrosivo, ante un auditorio en el que no faltaban religiosas y clérigos universitarios. El autor se congratuló a sí mismo: Hoy redondeo mi carrera que empecé hace veintitrés años, cuan– do compuse una comedia en vez de una disertación académica. Llegué a convencerme de que uno puede pensar no sólo en la cátedra de filosofía, sino también en el escenario. EL PREDICADOR ARMADO El ministro bautista Dean Lloyd, de San Antonio en Texas, solía subir al púlpito para predicar con la Biblia en una mano y la pistola al cinto. Tales menesteres en el clero quizá ya no extrañen en ninguna parte del globo. Pero no se trata aquí de un compromiso entre violencia y alta teología. Es sen– cillamente lo que dice el Reverendo: «Mi trabajo profesional exige que lleva el arma continuamente». La razón es que su profesión normal es ser agente del interna– cionalmente conocido FBL Por otra parte, su predicación como de ministro evangélico, es «tarea de amorn, según él acepta. No hay contradicción alguna entre servir a mi país como agente del FBI, y ser heraldo de Dios, como predicador. Su argumentación prosigue: -La Biblia habla al cristiano de llevar una vida ejemplar. Asimismo el cristiano está obligado a perfeccionar su carácter y demás facultades con la práctica de las virtudes, entre las cuales, creo que cuentan la <lecencia y honradez. Eso mismo es exac– tamente lo que nos exige J. Edgar Hoover, jefe supremo del FBI, a sus oficiales. El buen ministro podía proclamar satisfecho que, hasta ahora, no se ha visto en la precisión de usar la metralleta contra nadie, y que su conciencia no ha visto conflicto entre los mandamientos de la Biblia y sus deberes para con el país. Y añade: 337
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