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16 DEVOCION Y POSTRIMERIAS San Valentín -Ceniza: Vida eterna -¿Dónde está la cuaresma? -Alegría y gloria del víacrucis_-Easter: Pascua -Día de la madre -La Madre Igle– sia -Con flores a María -Otros «días»: Día del padre, del trabajo, de los hijos -Nuestra Señora de la Cocina -El cuarto del enfermo -Academias para morir -Cipreses SAN VALENTIN San Valentín está en pleno apogeo, con alborozo, desde luego de los comerciantes, pero sobre todo de los enamorados. Los enamorados, sin em– bargo, siempre llevan alguna inquietud, porque ello es condición del amor en este mundo. En el mejor de los casos, tienen la leve molestia, par– ticularmente en la jornada de San Valentín, de que en materia de regalos lo que está al alcance de su corazón no lo está al de sus bolsillos. Por eso suele decirse: -Quisiera haberte podido regalar otra cosa; pero ahí tienes esa pequeñez. Luego, el amor lo suple todo. Tanto Jack y Lee, matrimonio americano, como el cubano residente o nacionalizado yanqui, Juan y María, son católicos y bilingües. Ambas pare– jas han tomado en serio y practican las dos lenguas. Pertenecen al «movi– miento familar cristiano>>, participan activamente en planificaciones y ac– tividades parroquiales, en «encuentros» e «impactos», y «ultreyas», pues son además «cursillistas» y laboran en cristiandades de «base». María y Juan, así como Jack y Lee, se sienten ricos en tesoros sacramentales. Su amor es obviamente fervoroso y manifestativo por San Valentín. Se ofrecen y les ofrecen en tal fiesta regalos de cajas en forma de corazón carmesí, orlada de clavelinas y llena de bombones surtidos. Alguna vez caen una prenda, una joya y unos versos. El mejor regalo para ellos es la hermosa monotonía de su felicidad hogareña y su impregnación de lo sobrenatural. Piensan que tienen ya iniciada en este mundo la vida eterna, cuya idea 309
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