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y más luces en los ojos de cada uno, al abrir sus presentes. En la noche de la primera Navidad Dios colocó una estrella en el cielo: signo de su pensamiento e interés por ti, prueba de que te ama. Ella es la luz que te llevará al hogar. ¡Admirable conjunción, tan yanqui, de indiscutible filosofía celestial y experiencia viva y práctica! Los bancos, cajas y seguros se enternecen y enfervorizan también en las fechas piadosas. La New York Lije Insurance reza: Plegaria de Navidad Oremos para que la fuerza y el tesón se intensifiquen en cuantos trabajan por un mundo de razón y entendimiento. Que el bien que reside en el corazón de cada hombre se acreciente día a día. Que los hombres lleguen a ver claramente, no lo que los divide, sino lo que los une. Que cada hora nos acerque más a la victoria final, no de una nación sobre otra, sino del individuo sobre sus propios males y flaquezas. Que el verdadero espíritu del tiempo navideño, su alegría, su belleza, su esperanza y sobre todo, su fe, vivan con nosotros. Que se nos concedan las bendiciones de la paz: paz para con– struir y desarrollar, para vivir en comprensión y armonía con los demás y planificar confiadamente el futuro. «Os digo, mis amigos, que a despecho de las dificultades y frustra– ciones del momento, yo tengo todavía un sueño. Es un sueño profun– damente enraizado en «el sueño americano». Tengo el sueño de que un día esta nación se levantará y vivirá la verdad y el sentido de su credo: Nosotros sostenemos estas verdades que son por sí evidentes: que todos los hombres son creados iguales». Los conciudadanos de Martin Luther King y sus hermanos de todo el mundo, poseen este sueño como una «luz interior en la que vive la liber– tad». En todo caso, por la Navidad y en la Navidad, todo ser humano y 306