BCCCAP00000000000000000000550

estas prodigalidades y despilfarros. Es tiempo histérico de orgías y excesos de toda clase. Ha venido a parar en paganía y alienación, de tal forma que en la Reforma algunas iglesias de la Navidad la han arruinado no los caníbales, sino los cristianos. Gracias a Dios que en definitiva el mayor milagro de la Cristiandad es la sobrevivencia de Cristo, a pesar de la distorsión efectuada. Ello agiganta la figura de Jesús y su nacimiento queda siendo la inefable Navidad de los americanos, de cada uno de los cuales se diría en este tiempo que sueña haber nacido, si no en la «corte del Rey Arturo» o en «París», sí en un superbelén de Waltdisney. Sin llegar a la conclusión bárbara del yanqui aquel que, una vez con– sideradas las dimensiones inexhaustas de la Navidad, decidió embor– racharse en una de sus nochebuenas, bien puede el buen cristiano medio de este país renovar su persuasión de haber recibido hoy «El Mejor Aguinaldo»: 302 Dios es aguinaldo por la Navidad: es el aguinaldo que a todos se da. Tenemos muy bellas cosas que ofrecer y las recibimos, niños otra vez. A todas las puertas llama la alegría; y se dan las gracias todas las vecinas. Es un toma y daca de lindos paquetes. Los santos carteros son mágicos reyes. Llegan como nunca a nuestro buzón. y un alegre salto nos da el corazón. Y si por desgracia pasan de vació, quedamos a solas, sintiendo el olvido. -Alguien que no pudo o acaso enfermó ... - Pero Dios no falla: de nuevo nació. El mundo es ya rico por siempre jamás, porque tiene el día de la Navidad. He ahí el regalo celeste, espacial, que sólo Dios mismo nos puede enviar. No viene por barco, por tren, ni avión; viene en unos brazos de suave calor, recibiendo besos de labios de madre, igual que nosotros, de llanto y de carne. Dios es aguinaldo que nos dan de gratis: ¡Qué pasmo y delicia del amor Dios Padre! Los ojos ansiosos ya le pueden ver, tocarle las manos y mimar sus pies. Lo bello y pequeño de Dios ya está aquí, a nuestra medida y a nuestro sentir.