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15 BELEN-USA La campanilla del Ejército de Salvación -Navidad: ensueño americano -Dogma y cristal -La paz se requiere siempre -Atención a la lista de Navidad -Desfile de las criaturas: la mula y el buey -Las bestias amigables: ritornello -Muñecos y estrellas -Navidad real LA CAMPANILLA DEL EJERCITO DE SAL VACION El amor desciende sobre la Navidad, el amor más amable, el amor divino: el amor ha nacido en Navidad, estrellas y ángeles lo proclaman. Así resumía la poetisa Christina Rossetti las glorias y sentimientos que impregnan a Estados Unidos en su festividad más entrañable. No menciona hombres o mujeres, ni pastores o magos, prendidos en celestial aconteci– miento, quienes en tales días hacen gala universalmente de la alegría, el can– dor, la amabilidad y la afluencia del tiempo navideño. No quiere decir esto que todo sea cordura y candidez de alma. Las campanillas del Ejército de Salvación saben mucho de la generosa caridad de los americanos en la Navidad. Pero su tintineo ante los grandes almacenes, restoranes, y centros de diversión comprenden también frivolidad, y la indiferencia. Ellos y ellas, los miembros del Ejército de Salvación, a rostro limpio y uniformes, como de policías asépticos y celestiales, hacen sonar sus himnos y bandas en plazas, esquinas de calles y parques de recreo para recordar la buena nueva del decoro y la fraternidad del Evangelio. Pero en Navidad su orquesta se reduce a la campanilla y la hucha de la colecta. Gran abanderada de este ejército ha sido, y lo era todavía en la Navidad de 1976, la señora Amelia Devine que aún sigue. Su campaña de Navidad la comenzó en la frígida esquina de una calle en Nueva York en el 279

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