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penetrar el corazón habitualmente insensible a la vigilante y cuidadosa providencia de Dios Todopoderoso. Esta designación ,había sido precidida del gesto de Washington, quien ya en el año 1789 declaró aquel 26 de noviembre como el primer Thanksgiv– ing Day de la nación. En 1941, 20 de mayo, el presidente Rossewelt, tras dos años de experimentación de observancia del Día de Acción de Gracias, fijó el jueves de la última semana de noviembre. En el frontal del altar los niños de la escuela parroquial han fijado con letras de purpurina su deseo: -Que nuestros corazones participen de los frutos que Tú nos han dado para nuestro sustento; así como esperamos participar de los frutos de la vida eterna. En el paño que cuelga del atril donde las nmas, leen por turno las epístolas y el apocalipsis del Nuevo Testamento, cinco palabras doradas cantan: La felicidad es dar gracias. BRINDIS ETNICO Tradicionalmente este día es el rito nacional más representativo del país: la gratitud. La reunión en familia y amistad en torno a la mesa de este ágape civil y el sosegado coloquio hogareño, ponen de relieve el convenci– miento de que en medio de todo y a pesar de todo, la Providencia sigue fun– cionando y nos favorece. La liturgia de todas las innumerables confesiones ha bendecido y agradecido en templos y espíritus las bienaventuranzas, regalo de Dios a las gentes de su pueblo. Luego, los hogares y el buen apetito se disponen, con un cierto recogimiento religioso contenido, a materializar su gozo ante el patriarca de las delicadezas del cristiano comer, del Día de Acción de Gracias: el pavo. Los locutores de radio y televisión suelen despedirse en la víspera con la salutación: ¡Feliz Día del Pavo! 272 Se van a paladear «los platos de la abuela». Pavo asado con jalea de grosellas Relleno de nueces Jugo Cebollas con crema Souflé de boniato Puré de patata Salsa gelatinosa de arándano Salsa compacta de arándano

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