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230 Dejadme vivir Fui concebida en la mente de los bravos, y amamantada en el corazón de los libres. Mi imagen se modeló por las manos de la justicia, y mi infancia se acunó en brazos de la libertad. Mi espíritu refleja la soberanía de Dios y retrata la dignidad del hombre. Los perfiles de mi personalidad están firmemente esculpidos en el contorno de la ley de los Derechos. Antiguos filósofos soñaron en mí; muy pocos intentaron describirme. Algunos se forzaron en crearme; y los más secretamente suspirarían por mí. ¿Quien soy yo? Nacida el 4 de Julio, yo soy la Declaración de Independencia. Yo pertenezco a todos, -a todos, los que me sueñ.an. Mis exigencias son sencillas. Estimadme y amadme, protegedme y compartidme. En retorno honraré vuestro nombre, ennobleceré vuestra vida y os llevaré al umbral de la felicidad. No soy blanca ni negra, amarilla ni roja, hombre o mujer. Mi color es dignidad; libertad mi raza; la igualdad mi sexo; mi credo la justicia. Traicionadme, negadme, renunciad a mí o vendedme por otra. Y todo lo que tenéis todo lo que sois, se convierte en instrumentos y prenda del despotismo. Cuando miro a los años de mi tercer centenario y echo una mirada agradecida al pasado, recuerdo los millones que me dedicaron sus vidas y me dieron vitalidad constante. Saludo a los patriotas del 76 y aclamo a los inmigrantes de tantas tierras, y a los nativos de aqui en cualquier tiempo, les doy en mí honra y derecho de bien nacidos. Ha habido tiempos de triunfo