BCCCAP00000000000000000000550
sido capaces de coincidir en lo que es y quien es Cristo. Pero los corazones humanos de cada generación se han unido en el amor por esta personalidad sin par en la que el ideal de todos los hom– bres se ha realizado individual y colectivamente. En el campo de lo religioso y de lo cristiano en particular, lo inspira– cional ocurre con especial intensidad en la persona, misterios e inspiración real de Jesucristo de Nazaret. El gustador de la poesía religiosa y de la riqueza y vigor cristiano no puede substraerse a espigar entre los versos de algunos poetas, ideas y senti– mientos representativos que provocan a su vez inspiración: Nombres de los poetas, que de alguna manera movieron el espíritu del siguiente poema: Sidney Lanier, William Hillyer, Grace Noll Corwel, Mayu Brent Whiteside, John Oxenham, Mary Dillingham, Phy!lis Hartnoll, Allen Eastman Cross, Witter Bynner, William L. Stidger, Edith M. Thomas, Vincent G. Burns. SALIO DE NAZARET: NAZARENO YANQUI «Díjole Natanael: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Díjole Felipe: Ven y verás.» (Juan, 1, 46) Algo derivado del diálogo evangélico nos ex– presan los conceptos del poeta Raymond Kresensky. 198 -De Nazaret salió el Carpintero que conoce el martilleo y los golpes que encallecen las manos del trabajador. De Galilea vino el Pescador, de idas y venidas al Lago, a través de campos dorados por la mies madura, aureolado del polvo de las sendas cercanas a las viñas. Cristo, el noble Carpintero, se vino a la ciudad a ser crucificado. Gritando está Jerusalén: Unos, ¡Hosanna! y otros, ¡Crucifícalo! Se refieren a El. Ya colgado en la cruz, se perfila en el rojizo cielo. Por todos ellos el Maestro vivió y murió. Su lámpara brilla en lo alto. La nuestra, parpadea ofuscada. Pero aún podemos ver el camino delante de nosotros. Y donde esté el Maestro, vamos con El.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz