BCCCAP00000000000000000000550

brasileño, presidente de la Conferencia Episcopal Latino americana, que se ponga a lamentar que el problema de la injusticia en este país, como lo es de Latinoamerica, es el problema más serio, que el mecanismo para una distribución equitativa de la riqueza está por crear, y que el abismo entre el rico y el pobre aumenta. Y ese habría de ser tema principal de la conferencia de Puebla. Es asunto serio la necesidad de cambiar de las estructuras sociales existentes, que están afectando no solo por injusticias sino también por la opresión. La pobreza alimenta la intranquilidad, la violencia y las presiones que provocan las dictaduras nacionales, así como la erosión de la libertad personal. Desde Norteamérica piensan que los Obispos Latinoamericanos mismos están divididos en dos grupos genéricos: los men– talizados por las ideologías de la liberación, y los tradicionalistas, que miran la teología liberacionista como amenaza para la Iglesia y capitulación ante el marxismo. La prensa hablaba de que era el desafio de la teología de la liberación el que iba a dar alto significado a la visita del Papa a la conferen– cia de Puebla. Los americanos pensadores religiosos yanquis suelen considerar a la teología de la liberación como una mezcla de análisis socialista con ideas de la Sagrada Escritura, la cual mira la acción de Dios en la historia humana dirigida a la liberación económica y social de los pobres, tanto como a la salvación de las almas. A su vez, Leonardo Boff, del Instituto Filosófico Teológico de Petrópolis, Rio de Janeiro, recalca el aspecto coyuntural in– mediato de la liberación como compromiso cristiano: Hablar de Jesucristo liberador implica pensar y vivir la fe cris– tiana desde un contexto socio-histórico de dominación y opresión. Una cristología liberadora precisa un compromiso político y social, que rompa con la situación opresora. El teólogo no vive en el aire; produce conocimientos utilizando los instrumentos que la situación le ofrece y permite. No hay ni puede haber una cristología neutra. Esta, generalmente asume la posición de los detentadores del poder vigente. La cristología que proclama a Jesucristo como liberador entiende com– prometerse con la liberación económica, social y política de los grupos dominados. En Europa se piensa en otra dimensión. Wolfhart Pannenberg, catedrático de Teología Sistemática en la Facultad protestante de la Univer– sidad de Munich, dictaminaba: Lo que se suele llamar libertad política y económica son en sí fenómenos ambiguos. La libertad política puede significar anar– quía, y la economía puede ir acompañada de vacío espiritual. Sólo en unión con la libertad por el espíritu de Cristo merecen 193

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz