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ciones ya más que planetarias. El orden y el cambio trabajan nuestros destinos. En 1961, El Papa Juan XXIYI iiecla en su convocatoria del concilio: «La Iglesia asiste en nuestros días a una grave crisis de la humanidad, que traerá consigo profundas mutaciones. Un orden nuevo se está gestando, y la Iglesia tiene ante sí misma misiones inmensas, como en las épocas más trágicas de la historia. Porque lo que se exige hoy de la Iglesia es que infun– da en las venas de la humanidad actual la virtud perenne, vital y divina del Evangelio ... ' «La visión de estos males impresiona sobremanera a algunos espíritus que solo ven tinieblas a su alrededor, como si este mundo estuviera totalmente envuelto en ellas. Nos, sin embargo, preferimos poner toda nuestra confianza en el divino Salvador de la humanidad, quien no ha aban– donado a los hombres por El redimidos. Mas aún, siguiendo la recomen– dación de Jesús cuando enseflaba a distinguir claramente los «signos... de los tiempos (Mt. 16,3), Nos creemos vislumbrar en medio de tantas tinieblas, no pocos indicios que nos hacen concebir esperanzas de tiempos mejores para la Iglesia y la humanidad.» «Signo de los tiempos es CRISTO, Luz; «vislumbre» en nuestra cir– cunstancia, también el CRISTO YANQUI, tal como lo proclamaban los Padres del Concilio, y lo comentaban los aleluyas del poeta. «Nos esforzaremos en manifestar a todos los hombres de estos tiem– pos, la verdad pura y sincera de Dios, de tal forma que todos la entiendan y la sigan con agrado». (Mensaje de los Padres del Concilio a todos los hom– bres. 1 Decidnos, buenos Padres del Concilio, la pura verdad sincera. Dadnos la luz agria y segura, que nos engolfe en Dios, cerca y rotundo, como el sol y el amante, superficial, profundo como víscera y sueflo, materia y poesía, tan-tan de ritmo quieto y loca melodía ¡Dios, Dios, Dios que sosiegue los sustos y el amor del arte y de la ciencia, del saber con horror! Dadnos su fantasía, su silencio y su veste, sin tiempo y sin espacio, sin Oeste ni Este: algo más que misterio y evidencia inmediata, una historia infinita que un suspiro relata. Gigante astronomía y sagrario pequeflo, El se clava en la carne y en el dormido ensueflo, 11