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Sólo Don Quijote y Sancho pueden aproximarse a realidades tan disparadas. Concretamente y en relación con el Bicentenario, la televisión ofrecía diariamente el hecho que había tenido lugar hace doscientos años en la fecha, ambiente, palabras, y personajes, con precisión histórica total y con un austero realismo que parecía querer evitar las historias, encan– tadoramente sofisticadas, de Hollywood. La Prensa Paulista ofreció al público The Epic Story aj Catholics in America, relato y contemplación audiovisual de la gesta católica. Distingue en ella seis «unidades,» épocas o jornadas, que se agrupan así: Primeras: Segunda: Tercera: Cuarta: Quinta y Sexta: Exploración, conversión y establecimiento. 1565 a l 8 OO Crecimiento. 1800 a 1860. Confluencia y conflicto. 1860 a 1890. Americanismo frente a Romanismo. 1890 a 1920. Era moderna y renovación del catolicismo. Siglo actual. Primera etapa. El 1565 señala el establecimiento de la cristiandad católica en tierras que habrían de ser primero españolas y luego de los Estados Unidos. La primera misa de la actual América del Norte se celebró en San Agustín, Florida, en la fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María, 8 de septiembre de 1565. La celebró el franciscano Padre Francisco López de Mendoza, primer pastor o párroco de este establecimiento o misión de pioneros. Pedro Menéndez lo había fundado y se le puede ver en esa misa sosteniendo una bandera, según el grabado hecho en Francia por encargo del Obispo Agustín Verot en 1875. Así se estableció la primera parroquia y la primera misión de indios en Norteamérica. Pedro Menéndez escribió a su Rey: He ofrecido al Señor todo cuanto El me dé en este Mundo, todo cuanto adquiera y posea, con el fin de plantar el Evangelio en esta tierra y para la iluminación de sus nativos. Desde entonces y aún antes los misioneros, sacerdotes y religiosos, como auténticos padres fundadores, bien solos o acompañados, y siendo ellos mismos exploradores, descubridores, sobrenaturales idealistas del Reino de Dios y ambiciosos soñadores y aventureros de reinos de este mundo-los cuales también forman parte del eterno-se derramaron rapidamente por el nuevo mundo americano. Procedentes de culturas cristianas occidentales, llevaron consigo el Evangelio que se les había encomendado desde la Palabra y la Vida de Jesús, y a la vez la cultura y civilización occidentales tal 103

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