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otro sentido. No afirmamos que haya una persona y tres personas, ni un Dios y tres dioses. Sino un Dios, una única naturaleza divina, y tres personas distintas. El misterio de la Trinidad es el más grande mis– terio de nuestra religión. Y lo que nos especifica sobre otras religiones monoteístas que creen en un Dios y nada más. Pero al mismo tiempo es uno de los miste– rios más cordiales. Sí. Nosotros nos imaginamos -en los misterios la imaginación es enemiga de la razón - a Dios como un ser solitario desde toda la eternidad. Señor en un cielo desierto que fue luego poblándose de ángeles, de bienaventurados. Y no es eso. La Trinidad es una fa– milia. Una íntima familia donde el Padre ama eterna– mente al Hijo. Y el Hijo y el Padre, amándose, inspiran al Espíritu Santo que procede de ese amor mutuo, que vive inmerso en el amor y que es al mismo tiempo amor. Amor con mayúscula, porque Dios es Amor. El amor es lo que preside esa familia divina de tres personas distintas, pero unidas, que forman una única naturaleza, un solo Dios. lv1odelo para nuestras familias que debieran ser hechas a imagen y semejanza de Dios, como a su imagen y semejanza ha sido hecho cada individuo. Y ese amor se volcó sobre nosotros. No fue un amor egoísta, concentrado en sí mismo. Entonces no sería amor, ni con minúscula siquiera. Al contrario. Dios ha querido hacer a los hombres partícipes de su naturaleza divina. Así. Y les pidió capacidad para que se amasen como El se ama. Por ello cuando Dios se 97

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