BCCCAP00000000000000000000543

DOMINGO SEGUNDO AMIGO, ALEGRATE LECTURAS: R. /l!POSTOLES 4, 32-35 1." S. JUAN 5, 1-6 JUAN, 20, 19-31 Sí, amigo, alégrate. Porque la "primavera ha veni– do v nadie sabe cómo ha sido". Pero sobre todo porque sin que nadie se diese cuenta, sin abrir puertas ni ven– tanas, sin barreras de muros, Cristo se hizo presente en medio de los Apóstoles esparciendo amorosamente la divina semilla de la paz. No es una paz cualquiera. Es una paz divina que cala hasta las mismas raíces del alma. Que borra hasta las Íntimas consecuencias del pecado. Cristo dejó jus– tamente para la tarde de Pascua la institución del sa– cramento de la confesión. Es como el regalo pascual que El nos legó. Y lo hizo alentando sobre los Apósto– les después de haberles deseado la paz y diciéndoles de nuevo: "Paz a vosotros ... a quienes les perdonéis los pecados le quedan perdonados; a quienes se los retengáis les quedan retenidos". Pienso que los Apóstoles, conscientes de su propio pecado y cobardía, no se dieron cuenta de la trascen– dencia de estas palabras ele Jesús. El había dicho mu– chas veces: "Tus pecados te son perdonados" y le 72

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz