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DOMINGO QUINTO LA ENTREVISTA FALLIDA LECTURAS: JEREMIAS, 31, 31-34 HEBREOS, 5, 7-9 JUAN, 12, 20-33 Unos gentiles, helenos sin duda, querían hablar con Jesús. Deseaban, tal vez, hacerle unas preguntas comprometidas y utilizaron los buenos oficios de Feli– pe. Este no se atrevió a llegar solo con tal embajada y pidió la ayuda de su compatriota Andrés. Los dos fue– ron a Jesús con la misiva. Jesús respondió antes de ser preguntado. Pienso que a un periodista de hoy no se le hubiera escapado la entrevista de tú a tú con Cristo. El periodista de hoy pregunta sin pedir permiso, por– que sabe que hay cosas que es mejor hacerlas y luego pedir permiso o perdón, pues de lo contrario jamás le será concedido el acceso. Sea lo que sea, lo cierto es que Cristo con sus pa– labras responde a ese terna fundamental ele los hom– bres de ayer, ele hoy y de siempre: ¡El tema eterno ele la vida y la muerte! ¿Querían preguntar los helenos sobre estos temas que a ellos tanto les inquietaba? Los discípulos preguntaron en cierta ocasión al sabio religioso oriental Confucio: - "Maestro, ¿qué es la muerte?". Confucio cerró los ojos. Su cara amarilla y oblicua parecía una esfinge. 60