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DOMINGO CUARTO AMOR Y SANGRE LECTURAS: 2.• CRONICAS, 36, 14-16, 19-23 EFESIOS, 2, 4-10 JUAN, 3,14-21 El belga León Degrelle ha vuelto a estar en las primeras páginas de los periódico. Le buscan como le buscaban hace más de veintisiete años, cuando la derro– ta total de los alemanes. El había sido su aliado. Por eso, para los belgas, era un traidor. La noche misma de la victoria, cuando toda Europa borracha de triunfo la celebraba en pura o impura orgía, un avión alemán recogió a León Degrelle en Noruega. El piloto le dijo simplemente: "Alemania no olvida a sus arnigos". Y en línea recta se lanzaron hacia España. Tenían lo justo de gasolina. No podrían detenerse en ninguna parte para repostar. Era un lanzamiento a vida o muerte. Desde todos los aeródromos preguntaban: ¿ Qué avión es ese? Identifíquese". Pero ellos no respondían. El pi– loto apresuraba la marcha, y hacia España. Como era la noche de la victoria y, más o menos, todos la estaban celebrando, no les hicieron mucho caso. Y llegaron al amanecer frente a las costas de San Sebastián. Apenas si tenían gasolina. El piloto tuvo que apurar los últimos galones para poder llegar a la playa más próxima. El aterrizaje fue bastante violento. Quedaron un tanto 57

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