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son las que salvan. Convertirse es volverse hacia Dios. Tomar su rostro hacia El y dar la espalda a todo eso que sabemos es pecado e indignidad. Y creer en el Evangelio. Creer es comprometerse con Cristo y su Evangelio. Ese Evangelio siempre tan controvertido y siempre tan actual. Quien asegure que el cristianismo está en deca– dencia no sabe lo que es el cristianismo. Quien afirma que Cristo ha muerto no ha conocido a Cristo. No se da cuenta que es más íntimo a nosotros que nosotros mismos. Que nunca ha pasado de moda, ni jamás de– jará de estar de actualidad. Porque es eterno. Y lo eterno es lo más actual. Lo que no pasa como las esta– ciones del año y las modas de entretiempo. El Evan– gelio, además, es un documento que palpita. Detrás de él está el corazón <le un Dios que se hizo hombre por amor a los hombres. He aquí algunas de las enseñanzas del Evangelio de este primer domingo de Cuaresma. Recordemos, para concluir, la frase antigua de San Agustín: "Dios se hizo hombre para que los hombres se hicieran Dios". Modernamente se ha expresado el mismo pensamiento así: "Cristo es un hombre para los hombres". Siempre nuestro seguro servidor. 49

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