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DOMINGO SEGUNDO LA PALABRA LECTURAS: ECLESIASTICO; 24, 1-4; 12-16 EFESIOS; 1, 3-6; 15-18 JUAN, 1, 1-18 Nunca se han hablado tantas palabras como en la actualidad. La ciudad, trepidante de ruidos, es una col– mena susurrante de palabras. Los periódicos son tinta fresca y apretada de palabras. Las emisoras lanzan a todos los vientos y en todos los idiomas palabras, pala– bras, palabras ... Palabras de amor, de odio, de paz, de guerra. Los discursos de los grandes hombres se mi– den por millares de palabras. Su Majestad la palabra se ha instalado en el mundo. Los hombres se entien– den a través de sus palabras o de sus traductores si– multáneos, y se engañan, también, a través de sus palabras. Porque si la palabra se nos ha dado para manifestar a los demás nuestros pensamientos, también se nos ha dado la posibilidad de disimularlos a través de las palabras. Y frecuentemente manifiestan lo con– trario de lo que suenan. Bajo la bóveda cóncava ele la tierra están resonando palabras que cxr:resan lo co::1- trario ele lo que significan: Libertad, paz, fraternidad, igualdad, unidad ... ¡Cuántos crímenes se han cometi– do en su nombre! Pero hay una palabra ele la cual podemos fiarnos 34