BCCCAP00000000000000000000543
Y el Evangelio nos presenta la estampa de la Sa– grada Familia. Una estampa que hemos visto retratada idílicamente muchas veces. Sin embargo, allí no faltó el dolor. El Evangelio de hoy recuerda a María que una espada atravesará su alma. Y aquella espada no dejó de barrenar su corazón durante toda la vida. El hijo siempre será un motivo de preocupación para los padres. Estos dehen saber, si no lo saben, que las ma– yores alegrías les vendrán de los hijos, pero también los mayores sufrimientos. Osear vVilde escribió: "Hijos pequeños, penas pequeñas; hijos mayores, penas ma– yores". Los hijos no llegarán a comprender todo el amor y todo el dolor de sus padres, hasta que ellos mismos sean padres. Estas son algunas de las reflexiones que nos su– giere la liturgia de la fiesta de hoy. Fiesta importante porque la familia siempre será sagrada. Y el futuro del mundo se lahra en los hogares, no en los labora– torios ni en las universidades. Célebre es la frase atri– buida a Napoleón: "La educación de los hijos comien– za en la cuna de la madre". Y el Concilio ha dicho: "Esposas, madres de familia, primeras educadoras del género humano en el secreto de los hogares. Transmi– tid a vuestros hijos y a vuestras hijas las tradiciones ele vuestros padres, al mismo tiempo que los preparais para el porvenir insondable". Siempre será verdad que la madre juega un papel más importante en el hogar. Por algo el Evangelio de hoy - Evangelio de la fami– lia - se dirige principalmente a María. 29
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz