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DOMINGO VEINTIOCHO PODEROSO CABALLERO... LECTURAS: SABIDURIA 7, 7-11 HEBREOS 4,12-13 MARCOS 10, 17-30 CIERTAMENTE tiene que ser muy poderoso para haber tenido agarrado entre sus zarpas al más excep– cional de los jóvenes que se acercó a Jesús para pedirle algo. ¿Qué? No le pidió, como tantos, salud, ni triunfo, ni dicha. Quería la vida eterna. - "Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?". - "Guarda los Mandamientos". - "¿Cuáles?". Cristo se los fue enumerando. Y resulta que los había cumplido todos desde su nifiez; había llegado el momento cumbre. Cristo le miró con un carifío inmen– so. Y le animó a dar un paso adelante para ser grande, para conquistar la vida eterna, para ... - "Una cosa te falta; anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres - así tendrás un tesoro en el cielo-, y luego sígueme". El rostro del joven -anhelante y resplandeciente hasta entonces- se volvió ceñudo y triste, "porque era muy rico". Más bien era un pobre hombre con mucho lastre de oro en el corazón. Cristo le miró con pena y volviéndose hacia sus discípulos dijo su frase tremenda: - "¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino ele Dios". 192