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DOMINGO VEINTICUATRO ¿QUIEN SOY YO? LECTURAS: ISAIAS 50,5-9a. SANTIAGO, 2, 14-18 MARCOS 8, 27-35 Pocas veces se nos presenta Jesús tan humanamen– te humano como cuando hace a sus discípulos esta pregunta: "¿Quién dice la gente que soy yo?". Quiso hacerse semejante a nosotros hasta en esta cotidiana curiosidad <le saber la opinión ele nosotros sobre uno mismo. El se podía haber ahorrado la pregunta, pero El -siendo Dios- vino para ser como un hombre más. Sin embargo la intención ele Cristo fue entablar un diá– logo con sus discípulos para captar su atención y en– señarles algo sublime y doloroso. Cuando le dieron las distintas versiones de las gentes, Jesús se encaró con ellos para preguntar: "y vosotros, ¿quién decís que soy?". Pedro, que sin duda estaba el primero, quizá a medio metro del Maestro, respondió por todos: "Tú eres el Mesías". Los ojos de Jesús y de Pedro se encontraron y se comprendieron. Pedro, inspirado por Dios, acahaba de proclamar una gran verdad. El sol rebrilló en el cielo y en el alma de aquellos discípulos que se estaban codeando con Aquel que tanto habían anunciado los profetas. Pero en la mañana 178