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tonces "Don Yo" se infla hasta la provocación o hasta el ridículo. Y, en verdad, no somos, ni mús ni menos, que lo que somos delante de Dios. Cada cual ha reci– bido una misión de Dios que cumplir en la tierra y su mayor timbre de gloria será seguir los caminos del Sefior. Pero frecuentemente nos endiosamos y nos ol– vidamos de ello. Pretendemos ser otra cosa de lo que somos. Y, sin embargo, tenemos muchas razones para ser humildes. Un escritor asturiano ha puesto como portada en uno de sus libros esta frase: "Quien diga que no tiene de qué avergonzarse, o es Dios o es un hipócrita". Nosotros preferimos quedarnos entre los hipócritas, entre los fariseos, que no quisieron meterse en el Jordán para recibir el bautismo de penitencia para los pecadores. Quedaron en la otra orilla gri– tando ... Hoy se habla mucho de sinceridad. Todos somos mny sinceros. eso parece ser la tarjeta de postín que nos da permiso para ser insolentes con los demás y adoradores de nuestra vanidad. No hay que confundir sinceridad con desfachatez. Ineducación, agresividad, int.)lerancia y groserfo.. Juan no se juzga digno de des~üar la correa de la sandalia del Mesías y, no obs– tante, el Evangelio que hoy comentamos comienza dic_fr~11clo <le él: ":~,¡;·n·ió 1_1' 1 1 '('1)11:r(' e 1 1yi:irl( 1 l)Of D1°()S r1ll(' C(l 11·1- , .._ • .::~_. , .,__.-'- ~ ,,, .. y.,._ , ....__ <-'-• ., L , ' '-l. )' .J ,, '- lll:l h·1 Ín,111 · (~"-tP '·r•nÍ'> (' 1 )1110 lnd·j <J"() 1·---•1r•1 '1.-, i- t,>c:( 0 ! 0 111"·· ~---- \.- .~ ~~•~---..._, _., ,, • .._ ___ (.., ,, ..._ '-•-''--,.--,, ' ...,(. .a.l.. .... -._,t,(..,..,._ "-'•J V nio de 1a luz, para que por él todos vinieran a la fo. no era él la luz, sino testigo de la luz". Se:üor, tú que eres la luz, mete un rayito de luz en nuestras almas pecadoras. 16