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DOM1-NGO VEINTIDOS PUREZA E IMPUREZA LECTURAS: DEUTERONOMIO 4, 1-2,6-8 SANTIAGO, 1,17-18;21-22;27 MARCOS, 7,1-8;14-15,21-23 Siempre que leo este Evangelio me acuerdo del maestro hindú que hablaba a sus discípulos a la orilla de un rÍo sagrado. De pronto se levantó, salió del círcu– lo de los discípulos, cogió una piedra del río y rompió el silencio diciendo: "¿.Véis esta piedra? Así es el cris– tianismo. Una doctrina maravillosa, pero el corazón de los cristianos está seco. Igual que esta piedra, chorrea por fuera, pero por dentro estú seca". Y rompiéndola, se la mostró. La cosa no pasa de ser una anécdota. Pero merece la pena que reflexionemos sobre el caso. Porque cuan– do leemos las diatribas de Jesús a los fariseos, queda– mos muy tranquilos pensando que eso no va contra nosotros. Olvidamos aquello de San Pablo de que "todo lo que ha siclo escrito, para vuestro provecho ha siclo escrito". Y si la religión cristiana surgió muy pura de Cristo, es como el manantial oue al correr de los siglos y de los kilómetros se ha ido mancillando. Y el Evan– gelio ele hoy nos viene muy bien a nosotros. Cristo levantó su dedo acusador para decirles: "E~te pueblo me honra con los labios, pero su corazón 172

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