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glares han tomado conciencia de Iglesia, esta tarea de ayudar a todos debe ser obra de todos. No dejar la responsabilidad a unos pocos. Eso es muy cómodo, pero poco evangélico. En el mismo Evangelio de hoy vemos que Cristo, sabiendo ya del milagro que iba a hacer, preguntó qué se podría hacer y responsabilizó a sus discípulos para que ellos mismos -repartiendo los panes y los peces- fuesen los instrumentos materiales del milagro. 159