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DOMINGO DIECISEIS VACACIONES LECTURAS: JEREMIAS, 23, 1-6 EFESIOS 2, 13-18 MARCOS 6, 30-34 ¡VACACIONES! Palabra mágica que estremece de alegría a millones de corazones. En su "V" victoriosa encierra un mundo maravilloso de sol, aire límpido, mar, montaña, despreocupación casi total, "relax", muchas horas de descanso y únicamente el trabajo im– prescindible para subsistir. Es curioso que en julio, cuando las vacaciones están en auge, corresponda en la liturgia un Evangelio sobre las vacaciones. Aquel en que de vuelta los Após– toles de su misión les dice Cristo: "Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco". Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer. Jesús comprendió que sus Apóstoles, luego de una larga misión de trabajo, necesitaban descanso. Quien se dedica a esa misión comprende el desgaste, la alta tensión que eso entraüa. Las jornadas no se cuentan por horas, sino por preocupaciones. El mejor trabajo, el que aquél quería: "Un trabajo que luego no me dé que pensar". ¿Hay alguno así? Hoy todos tienen derecho y necesidad de vacacio– nes. La colmc~na humana, aglomerada en ciudades cada 153