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DOMINGO DOCE LAS BORRASCAS SON NOTICIAS LECTURAS: JOB, 38, 1, 8-11 2.ª CORINTIOS, 5, 14-17 MARCOS, 4, 35-41 Resulta típico comparar a la Iglesia con la nave de Pedro. Y, sin embargo, quizá nada más apropiado a esa manera metafórica que Cristo tuvo ele enseñarnos las realidades divinas. La nave de Pedro ha pasado por diversos avatares a través de los siglos. Hoy nos toca vidr en medio de un mar emborrascado y amenazador. Se ha dicho, hablando ele los tres {1ltimos Papas, que a Pío XII le tocó navegar sobre las aguas tranquilas de un pantano. Llegó Juan XXIII y abrió las compuer– tas sin que los canales estuvieran hechos. A Pablo VI le ha tocado canalizar, o tratar de canalizar, muchas cosas. Todos esperamos que las aguas no vuelvan -pues, no nos hagamos ilusiones, no habrá reversión - , sino que encuentren sus cauces. Mientras, la nave de Pedro es zarandeada sin compasión. Los pesimistas temen en demasía: ¿A dónde vamos a ir a parar? ¿,Qué va a ser ele nosotros? ¡Nos estún cambiando la religión! Esta Iglesia no es la Iglesia. Estos son los gritos ele muchas gentes irreflexivas, pe– simistas, aterradas. Nadie más lejos de Dios, de lo divino y de la verdad que ellos. Porque se ha escrito muy bien que sólo "donde hay esperanza hay religión". Los optimistas se sienten a gusto en medio del 140