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contaba la siguiente anécdota: "En cierta ocasión se apareció el demonio 2- un confesor y le dijo: -Todo lo que haces tú lo hago yo: -Tú velas. -Yo jamás duermo. -Tú ayunas, yo no como nunca. - Una cosa hago yo (le dijo el sacerdote) que tú no haces. -¿Cuál? -Humillarme". 1-Ie ahí la clave para comprender el Evangelio de hoy. A Jesús le acusan de pacto con Satanás. Le niegan todo su poder divino. Le creen un falsario que tiene pacto con el mismo jefe de los demonios. Cristo les rebate. Y les avisa luego del enorme peligro que tiene el adoptar semejante actitud. "Creedme, todo se les podrá perdonar a los hom– bres, los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás; cargará con su pecado para siempre". Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo. El peor pecado del hombre es la soberbia, pues le cierra el camino hacia Dios. Y ese es un pecado que nos roza el alma a todos los modernos. Somos hombres que hemos alcanzado un progreso técnico impresionan– te. La civilización ha llegado al culmen. El hombre cree poder prescindir de Dios y vivir la vida a su aire. ¡Qué falta nos hace Dios! Dios no existe -grita el ateo-, ni el pecado, ni la gracia, ni la inmortalidad, 135