BCCCAP00000000000000000000543
-Ni yo tampoco. -¡f¾I - No. Porque el demonio es un espíritu. Tan listo como el que más. El demonio, por ejemplo, conoce todos los idiomas del mundo. -iVaya tío! -iVaya ángel!, querrás decir. Porque el demonio es uno de los muchos ángeles creados por Dios en el principio. -Pero es que los ángeles, los ángeles ... son buenos. -Así fue el demonio antes de ser demonio. Es, como quien dice, un ángel al revés. En el principio no se quiso someter a Dios. Y fue castigado eternamente al infierno. Pero continúa siendo espíritu evangélico. Por eso dejemos el rabo, los cuernos y el tridente. -¿Entonces? - Esas son representaciones de imaginaciones más o menos calenturientas; más o menos piadosas, para expresar toda la maldad existente en el demonio. Pero en su constitución esencial es espíritu; espíritu puro o impuro, como quieras, pero espíritu. El Evan– gelio de hoy nos dice que salió del hombre de Cafar– naún un "espíritu inmundo" y nadie lo vio, aunque todos sintieron sus efectos. Esta conversación imaginaria podría haber siclo entablada entre nosotros. Un diálogo que nos quiere hacer ver una faceta del demonio. El demonio ha sabido encarnarse y disfrazarse. El Ernngelio de hoy nos cuenta uno de tantos casos. : ero digamos que, de una manera o de otra, el demo- 113
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz