BCCCAP00000000000000000000542

territorio. Además, pensaba que únicamente el Santo Padre le podría perdonar tantos pecados. Una mañana de Pascua, cuando las campanas volteaban en las torres , entró él en Roma. Se mezcló entre la muchedumbre que acudía a San Pedro, para ver al Santo Padre. Consiguió una audiencia personal con el Pontífice. Le contó su vida de crímenes y pecados y solicitó su perdón. - Eso es fácil, hijo; basta que te arrepientas sinceramente. Yo, de parte de Dios, te perdono todos tus pecados. ¿Pero estás dispuesto a cumplir la penitencia? -¿Qué penitencia? -¿Ayunos? -Santísimo Padre, ved mi corpulencia. Ade- más, siempre tengo un apetito feroz ... - ¿Disciplinas? -¡Mis nervios! ¡Mis nervios! -¿Oraciones? ¿Rezos? - Mi imaginación es terriblemente loca ... 58

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz