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estaba velando al enfermo, vio allá muy lejos una estrella que caminaba rítmicamente en la noche azul. Era más resplandeciente que todas las otras. El se la quedó mirando. Sus ojos parecían iman– tarse hacia ella y recostó su cabeza sobre el alféi– zar de la ventana. -II- El sol, con sus nudillos de luz, despertó al Rey Mago. Artabán se había pasado toda la noche reclinado y dormido sobre el alféizar de la venta– na. Estaba tan rendido .. . Miró al enfermo. Dormía profundamente. En la mano derecha apretaba el diamante que el Rey le había dado para que pagara la posada y curara sus heridas. Artabán no podía esperar más y salió sin hacer ruido. El lugar de cita con sus compañeros era el palacio de Borcipa. Cuando llegó le entregaron el siguiente mensaje: "Te hemos esperado dos noches y dos días. No podemos esperar más. Tú 14