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tía de que decía verdad? Además, daba detalles que no podía haber inventado. Y, sobre todo, en el polvo del sendero todos pudieron ver unas huellas de sangre. Los hombres creyeron en el milagro. Y el milagro llen6 toda Italia. La tierra italiana se con– movi6 de alegría entre las olas de tres mares: Su santo no les había olvidado. Lanz6 al mundo la noticia la emisora de Roma. Aquella noche s6lo llegaron hasta los re– ceptores de radio músicas suaves que presagiaban un mensaje sorprendente. Y luego de un largo silencio inexplicable se levant6. la voz del locutor como la de un arcángel trémulo de divinos anun– cios: -San Francisco de Asís ha vuelto al mundo. Nuestras tierras italianas han oído el encanto de stis saludos fraternales. Llegará a Asís el día cuatro de octubre. Lo que sucedi6 después lo saben todos los hombres. San Francisco es el santo de todo el mundo. 164