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El verano llega sobre nosotros con su sol, sus vacaciones, sus fiestas. El hombre busca apagar la sed de placer, de cariño, de paz, de descanso. Y en el fondo, cuando busca todo eso, sin saberlo, sin barruntarlo casi, busca a Dios. Porque única– mente Dios le puede dar todo eso. Y se lo da concretamente cuando se entrega en comuni6n al hombre. Ahora se canta con ritmo joven -y más en las misas de juventud- un can– to con letra de hondo contenido humano y evan– gélico: 134 "Señor, yo tengo sed de Tí, sediento estoy de Dios ...".